No representa ningún riesgo para la salud humana; el virus únicamente afecta a las crías de tilapia.
CIUDAD DE MÉXICO.
Producto de las actividades de vigilancia epidemiológica que de manera permanente realiza el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), en coordinación con los Comités Estatales de Sanidad Acuícola, se detectó la presencia del Virus de la Tilapia del Lago en Unidades de Producción Acuícola (UPA), en seis entidades federativas.
Los técnicos del SENASICA realizaron las investigaciones correspondientes en las granjas afectadas, de las cuales se obtuvieron muestras que fueron analizadas en los laboratorios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), mediante técnicas de biología molecular con las que se logró la identificación del virus.
El patógeno fue descrito por primera vez en Israel, en el año 2014 y se tiene referencia de su presencia en algunos países de Asia, Medio Oriente y Sudamérica. En México se ha detectado hasta el momento en granjas acuícolas de Chiapas, Jalisco, Michoacán, Sinaloa, Tabasco y Veracruz.
Es importante resaltar que el Virus de la Tilapia del Lago no representa ningún riesgo para la salud humana; afecta principalmente a crías de tilapia en ojos, cerebro e hígado ya que en los organismos juveniles y adultos la afectación es menos frecuente.
En virtud de que las tilapias constituyen el segundo grupo de peces de cultivo de mayor relevancia a nivel mundial, el SENASICA convocó a los productores a elevar los niveles de bioseguridad en sus UPA y las medidas de prevención.
El SENASICA continúa la investigación a fin de contener la diseminación del virus y exhortó a los productores a reportar inmediatamente a la autoridad sanitaria cualquier sospecha de enfermedad o mortalidad elevada al teléfono 01 800 7512100 las 24 horas, los 365 días del año, o al correo sive.dgsa@senasica.gob.mx, a fin de realizar la investigación epidemiológica correspondiente y, en su caso, aplicar oportunamente las medidas sanitarias para evitar pérdidas a la acuicultura nacional.
Con la finalidad de proteger la producción nacional de tilapia, el SENASICA recomendó a los productores aplicar las Buenas Prácticas de Producción, que incluyen medidas como limpieza y desinfección de los estanques; eliminación sanitaria de desechos; análisis de laboratorio para verificar las condiciones del agua, y el uso de productos regulados por la SAGARPA.
Para lograr una producción exitosa, el SENASICA hace énfasis en que los productores se aseguren de que los organismos que utilicen para sus cultivos, provengan de unidades certificadas, que apliquen medidas cuarentenarias a las nuevas poblaciones y que no sobrecarguen los estanques.
Indicó que es necesario reforzar las medidas de bioseguridad en las UPA afectadas, lo cual implica realizar lavado y desinfección de todos los vehículos y medios de transporte que ingresen, prohibir la entrada a personas ajenas y que eviten movilizar organismos con sospecha de enfermedad, entre estaques o unidades de producción.
De igual manera recomendó que el personal labore con indumentaria exclusiva para el desarrollo de su actividad y que el agua resultante del recambio de los estanques sea tratada, además deben disponer sanitariamente de la basura, desechos orgánicos y los peces, de acuerdo con los protocolos establecidos por el SENASICA.
Con fundamento en lo establecido en la normatividad aplicable, al término de la cosecha deberán de limpiar, lavar y desinfectar las instalaciones, equipo y materiales. Los estanques vacíos deberán exponerse al sol por un periodo mínimo de dos semanas, antes de iniciar un nuevo ciclo de producción.
Asimismo, el organismo de la SAGARPA informó que con el fin de proteger a los productores mexicanos y favorecer a los consumidores con el abasto suficiente de un alimento altamente nutritivo, sano e inocuo, ha fortalecido la inspección sanitaria de las importaciones de tilapia y sus productos.
Adicionalmente, ha establecido mecanismos de colaboración con instituciones de investigación, con la finalidad de monitorear la presencia de enfermedades que pudieran poner en riesgo la producción acuícola.